El clásico Senior entre Rosario y Sporting, disputado el pasado miércoles en el Coloso de Cemento, terminó con una mancha difícil de digerir: luego del partido, se registraron incidentes entre hinchas de ambos equipos fuera del estadio, lo que derivó en una sanción de dos fechas a puertas cerradas (en Primera División) para ambas instituciones.

El encuentro, que había transcurrido con normalidad dentro del campo de juego, se vio opacado por los disturbios posteriores protagonizados por simpatizantes, que cruzaron insultos y llegaron a los golpes en inmediaciones del predio. La violencia, ajena al espíritu del fútbol Senior, empañó lo que debía ser una jornada de encuentro y camaradería.

Ante esta situación, el Tribunal de Disciplina de la Liga del Sur resolvió aplicar una sanción ejemplificadora, argumentando que “los clubes son responsables por el comportamiento de sus parciales”, más allá de que los hechos hayan ocurrido fuera del perímetro de juego.

La medida implica que ni Rosario ni Sporting podrán disputar sus próximos dos partidos tanto en el Promocional como en el Oficial, lo que impacta directamente en sus aspiraciones deportivas y genera malestar en ambas dirigencias, que ya expresaron su repudio a lo ocurrido.

“Nos duele esta situación, porque no refleja lo que buscamos como institución. Ya estamos trabajando para identificar a los responsables”, señalaron desde Rosario. Por el lado de Sporting, también hubo autocrítica: “Hay que bajar un mensaje claro. El Senior es para disfrutar, no para generar violencia”.

Lo que debía ser una fiesta entre históricos terminó mal. Y ahora, tanto los clubes como sus hinchas tienen que reflexionar: porque más allá de las camisetas y los colores, lo que se juega es el respeto por la pasión.