ROSARIO VOLVIO A PERDER ANTE LIBERTAD, PERO AL MENOS TIENE UNA CHANCE MAS

Fue 1 a 0, sobre el final, en cancha de Olimpo: Sabatini -que estaba lesionado- entró faltando 10 minutos y le dio el gol del Clausura a los de Villa Rosas.

En un partido de película, Rosario otra vez no hizo pie ante Libertad y volvió a sufrir a su verdugo más temido: Mauro Sabatini, quien no iba a jugar hasta 2025 luego de que se le cortara un tendón del aductor derecho, terminó ingresando y generando, a dos minutos del final, el gol que le dio al Milrayita el triunfo por 1 a 0 y el título del Clausura en cancha de Olimpo.

Si bien en el primer tiempo generó algo de peligro, al Tricolor le volvió a fallar la conexión entre los volantes y los delanteros y su juego no fluyó, como en todas las finales que disputó. Sólo la actitud de Nungeser, que no paró de correr en ningún momento, fue lo destacado en un equipo estático, sin cambio de ritmo y sin respestas tácticas desde el banco de suplentes.

Enfrente, motivado tras la victoria del pasado domingo por penales en el Coloso de Cemento que lo llevó a jugar esta final extra, Libertad fue de menor a mayor: otra vez con José Lincopán como amo y señor del mediocampo (otra vez Rosario no supo cómo neutralizarlo), de a poco fue tomando la pelota y adueñándose del partido.

Y cuando el partido parecía que nuevamente se iba a definir por penales, a los 43 minutos, el Tricolor cometió muchos errores y le sirvió el gol en bandeja a los de Villa Rosas: López ejecutó un lateral desde propio campo, Santillán le ganó con potencia a un Segovia visiblemente cansado y Pablo Pérez envió el balón al área para un Sabatini que había ingresado apenas unos segundos antes: el “Topo” la paró de pecho y remató, haciendo desviar el balón en Brun para que ingresara venciendo a Sanhueza.

El gol fue un shock anímico del que el Francés no se pudo recuperar: incluso, en la impotencia, Abadie se fue infantilmente expulsado -con roja directa- por patear la cara de Sabatini cuando estaba en el piso.

El pitazo final de un correcto Villamil llegó y con ello la celebración Milrayita, que corrió de atras en ambas finales y logró quedarse con el Clausura para, ahora sí, disputar la final decisiva. Nuevamente el próximo sábado desde las 16.30, se volverán a ver las caras en el Carminatti y allí Rosario deberá mejorar anímica y futbolísticamente si es que quiere llevarse el ascenso.